Los jóvenes en Europa
Sería muy pretencioso querer diseñar un retrato de la Juventud europea, de los productos mediáticos que acostumbra a consumir y de los comportamientos como espectadores que pueden inducir.
En primer lugar, sabemos que la misma noción de jóvenes es fluctuante. Incluso si nos marcamos una etapa de 16 a 20 años, nos encontramos con una heterogeneidad cuyas causas son múltiples.
Si la infancia puede más fácilmente definirse en términos de franjas de edad y de niveles de evolución física, mental y afectiva, al revés, la juventud, la adolescencia, el paso a la edad adulta se acercan y se confunden a menudo. Las características parecen, en este caso, depender mejor de una pertenencia socio-cultural determinada.
Sin embargo, esta pertenencia es, sin duda alguna, función del ambiente familiar y de las circunstancias económicas, pero también de un conjunto de factores geográficos, históricos y sociales.
¿Pertenece el joven a países del Norte de Europa, a los del bajo mediterráneo o es ciudadano de uno de esos "países del Este" - como se les conocía antes - que entran hoy en la Comunidad europea? ¿Procede de una gran ciudad, de las afueras de un centro urbano, de la periferia o de una zona rural? ¿Continúa en un centro escolar, está ya en el mercado laboral o es un demandante de empleo? En otras palabras, ¿sigue a cargo de su familia, es económicamente autónomo o depende de un subsidio de empleo? Este medio familiar, precisamente, ¿corresponde a un esquema tradicional, se trata de una familia monoparental o de una familia recompuesta? Hay tantas cuestiones que suponen modificar profundamente su perfil...
Pero esto no son más que algunos parámetros entre otros y no necesariamente de los más importantes. La procedencia cultural de los jóvenes va, también, tarde o temprano a desviar su trayectoria y pesar (mucho) en su itinerario escolar o profesional. Dependiendo de que sea ciudadano autóctono o procedente de la inmigración, inmigrante reciente o de una familia inmigrante, regularizado o no, "con" o "sin" papeles, su recorrido será diferente. Este estatuto legal o esta falta de estatuto, esta relación integración / asimilación o esta marginalidad, irá acompañada en la casi totalidad de los casos de una situación económica más o menos precaria y de un reconocimiento aleatorio en el país de acogida. Sabemos que la condición de inmigrante va acompañada, en algunos casos, de una práctica o de una pertenencia religiosa, que no facilita necesariamente las cosas.
He aquí algunos elementos entre otras muchas cuestiones que alimentan la diversidad extrema de una juventud europea que busca una identidad en un mundo presa de numerosas mutaciones tecnológicas, sociales o éticas. Hablar de esta juventud está bien, en un primer momento, poner en evidencia el "patchwork" que supone. Pero podríamos, no obstante, buscar un cierto número de puntos comunes en el seno de este movimiento variopinto.
Uno de estos puntos es evidentemente la necesidad de una toma de conciencia intercultural donde las posturas sociales inmediatas se encuentran divididas en el plano del continente y del planeta entero.
Otro punto de convergencia consiste en hacer todo lo posible para "salir" y para afirmar su identidad, su personalidad, su manera de ser y de pensar.
Otro elemento que no podemos subestimar es el ambiente mediático que impregna a cada uno de nosotros y condiciona en una buena parte nuestros origines y comportamientos.
Los jóvenes y los medios
Los jóvenes, cualesquiera que sean sus orígenes o sus hábitos culturales, no escapan a este ambiente mediático. Según los casos, puede existir una verdadera relación de hipnosis que se establece entre el medio y el joven, o - lo más habitual - una frecuencia asidua que deja huellas en la imaginación individual colectiva. En algunos casos, menos frecuentes, el joven es preparado para situar los mensajes mediáticos en perspectiva y desarrollar según su consideración su espíritu crítico. Pero esto quiere decir que ha recibido educación y enseñanza para escapar al hechizo y relativizar los contenidos y la forma de estos mensajes.
Sea lo que fuere, no olvidemos que un joven de Europa occidental pasa bastante más tiempo delante de la pantalla de televisión que en los pupitres de su escuela, cuando tiene la suerte de asistir. De hecho, de seis a dieciocho años, ya sea durante la escuela primaria o secundaria, el joven pasa 11.000 horas delante de la pizarra y 15.000 delante de la pantalla de televisión. Y esto sin tener en cuenta todas las otras pantallas: ordenador, game boy, GSM, revistas, carteles publicitarios y otros, sin olvidar las otras tecnologías de la imagen y del sonido, que consiguen interponerse entre él y la realidad.
Así, además de la dificultad actual de ser joven y de autoafirmarse, además de la necesaria cohabitación con el otro y con las otras culturas, además de una ciudadanía que hay que conquistar y afirmar cada día, tenemos esta relación con los medios que hay que administrar lo mejor posible.
Hemos dicho que estos medios están omnipresentes en el universo del joven europeo. En el hit parade, la radio ha conservado una nivel de audición privilegiado, sobre todo con el desarrollo de las radios libres y su programación musical; el ordenador abre una brecha importante, en general en todos los países, aunque existe todavía un importante freno económico para expandirse, lo que quiere decir que no consigue aún destronar a la televisión y al vídeo, más aun cuando otros sistemas de multidifusión se colocan y diversifican la oferta, , así como la multiplicación de productos derivados.
Pero sabemos que este "hit parade" es provisional y que mañana otros medios tomarán el relevo. La telefonía móvil es uno de ellos, sobre el cual, apenas se sospechan todas la "extensiones" posibles.
El joven europeo está, pues, bien situado para beneficiarse de esta competitividad mediática y de sus recaídas. Y si hoy sus medios económicos no le permiten todavía un acceso acomodado a este universo, nos podemos imaginar que el día de mañana - con la ayuda de la competencia - podría, él también, saborear las novedades del mercado y las aportaciones culturales asociadas.
Un análisis sobre "Los jóvenes e Internet" publicado por el CLEMI en 2001 nos muestra que numerosos chicos y chicas visitan páginas de Internet y utilizan las herramientas de búsqueda. Miran fragmentos de vídeo, escuchan música y les gusta sobre todo buscar imágenes "por el gusto de mirarlas, conservarlas, reutilizarlas". Tenemos también toda la mensajería electrónica y los juegos de vídeo en directo.
Pero es la música la que obtiene su puesto con la llegada de Internet, se escucha en Internet o se usa de fondo mientras se navega. Navegar en la red y zapear en la televisión son, por otra parte las prácticas más queridas de los jóvenes, que tienden a afianzarse aún, para alcanzar una manera de ser o un modelo de comportamiento. Los especialistas en marketing comienzan a conocer este carácter versátil y en su política publicitaria intentan compensar proponiendo bastantes bienes que simbolizan la ruptura o la trasgresión. Es evidente para algunos vestidos, bebidas, productos de maquillaje, pero también para los productos musicales y audiovisuales en general.
Nos parece interesante profundizar esta relación jóvenes / medios centrándola en los tres temas anteriormente evocados: juventud, interculturalidad, ciudadanía.
¿Qué imagen dan los medios de estos tres temas? ¿Qué imágenes proponen al público? ¿Cuáles son las reacciones de los jóvenes con relación a estas imágenes? ¿Qué respuestas están preparadas para elaborar? ¿Qué productos alternativos son (o podrían ser) puestos en escena por los jóvenes mismos?
Imágenes de los jóvenes en los medios
Aquí también, no podemos más que limitarnos a algunas pistas de reflexión, y nos contentaremos con señalar algunas grandes tendencias, sin buscar la exhaustividad o la verdad científica.
Los medios para todos los públicos que hablan de los jóvenes no son siempre muy agradables con ellos y escasamente objetivos. Los jóvenes aparecen como sinónimo de problemas, de delincuencia, de periferias violentas, de droga, o de fiestas salvajes, con mayor motivo si son jóvenes inmigrantes los que se representan. Esto aparece mucho más en ciertos documentales sobre medios urbanos o incluso en los diarios, ya sea prensa escrita o audiovisual.
Los medios que intentan enganchar a un público joven son menos severos pero, a menudo también irrealistas. Pensamos evidentemente en las series y telenovelas americanas como "Friends", pero también en cierta producción europea del tipo "Helena y los chicos", particularmente insignificante y plana, tranquilizadora para los padres. Se toca la educación sentimental con todos los efectos convenidos y los estereotipos tradicionales, en definitiva nada consistente, nada que nos devuelva a la realidad cotidiana de la adolescencia. A este tipo pertenece C comme ç@, un folletín de televisión difundido por France 2 que quiere ser una fórmula alternativa a las series americanas tomando como contexto el marco escolar y el principio del aprendizaje profesional. Pero estamos muy lejos de un reflejo un poco fiel de la realidad social.
Y mientras tanto, muchos jóvenes buscan aquí modelos de comportamiento e incluso una forma de iniciación sexual y afectiva. Para muchos, efectivamente, la asiduidad con este tipo de producto les da la ilusión de encontrar las respuestas a numerosos cuestiones que un joven puede plantearse sobre relaciones sociales, sexuales, relación adolescentes / padres, el mundo de la escuela, el mercado de empleo, etc. No es extraño que, en esta misma óptica, sean numerosos los jóvenes que se dirigen a los "reality-show", con la ilusión de poder encontrar allí consejos y ayuda psicológica indirecta. Estos programas de tele-realidad han sufrido profundas mutaciones en el curso de los últimos años, pero continúan monopolizando la atención de los jóvenes con sus falaces promesas de éxito y de celebridad y con pretenciosas lecciones que les proponen en el plano socio-afectivo.
Muchos medios para jóvenes, y pensemos sobre todo en las revistas y determinados sitios web, tienen como objetivo al joven en tanto que consumidor. Es cierto, especialmente en Francia con "Joven y bonita", pero en cada país europeo podemos encontrar el equivalente. "Joven y bonita" tiene una tirada de 350.000 ejemplares durante los meses de verano. Encontramos firmas de moda, belleza, música, cine, estrellas, curas de adelgazamiento, abundante correo de lectores y test para medir la actitud para conquistar o conservar al chico que ha escogido. Resta decir que este tipo de producto mediático existe igualmente para los chicos y que además del aprendizaje de la vida y del amor, encontramos referencias a los últimos juegos de vídeo o a las páginas web más "crujientes".
Tenemos a veces la impresión de que en los medios la "generación basket" ha sido secuestrad por las marcas y las "garras" de ropa sobre todo. Primero Chevignon y ahora Adidas, Cat. Y como globalización obligada señalamos otro lugar común de nuestros jóvenes europeos (adinerados).
Pero no hay que globalizar demasiado deprisa. Así el cine, ficción fundamentalmente, ha conservado una aproximación más matizada. Encontraremos retratos a media tinta de la adolescencia, evocaciones de las relaciones padres / adolescentes, cuadros del medio escolar, del mundo del aprendizaje, etc. Pensemos, por ejemplo, en el film de Nanni Moretti, La stanza del figlio ("La habitación del hijo"), que recibió la Palma de Oro en el festival de Cannes en 2001 y que nos propone efectivamente un retrato muy fino de la adolescencia, de la dificultad de ser joven o, simplemente, de la dificultad de ser en nuestro mundo actual.
Muchos educadores hacen referencia a esta producción en sus clases o actividades de animación e integran a menudo a sus actividades una verdadera aproximación analítica de estas obras tanto en el plano del contenido como en el de la forma.
Imagen de la interculturalidad
La problemática intercultural, y el diálogo entre las culturas, no están precisamente en el centro de las preocupaciones de los organismos - incluso los públicos - de producción mediática. Hay por supuesto excepciones en la película de ficción, en el cómic, determinados documentos televisivos. Pero es sobre todo en la "canción protesta", en la literatura de ficción claro está, en los temas musicales, donde vamos a encontrar los ejemplos más interesantes. Pero si pensamos exclusivamente en los medios para jóvenes, nos apercibimos rápidamente que lo intercultural es bastante tímido y - hablando claro - bastante artificial. Los "castings" de telenovelas para adolescentes o las emisiones de "reality-show" abarcan un porcentaje de negros y magrebíes, de los cuales, tenemos la impresión que están allí para tranquilizar la conciencia de los productores. No escapan a los estereotipos, claro está. El negro es generalmente bastante ingenuo pero amable y servicial. El magrebí es buen chico pero habla fuerte y sabe ser protestón, pero todo termina por arreglarse... De esta manera no despertarán las jóvenes conciencias a lo intercultural.
Por el contrario, el concepto comienza a aparecer en los programas escolares, como tema transversal en el mismo lugar que la ciudadanía. Lo intercultural es el objetivo de cierto número de textos que son extractos de ensayos o de novelas. Una novela como Carlota Fainberg de Antonio Muñoz Molina es una ilustración entre bastantes otras del aporte de un relato de ficción que aborda temas como la "otredad", la emigración y sus consecuencias, la imagen de sí y de los otros. La presentación de una obra como esta en clase permite a los jóvenes relativizar y cuestionar los estereotipos que encuentran en los medios de comunicación del gran público.
Estos textos son analizados y comentados en clase. Lo intercultural está igualmente presente en las encuestas y en las investigaciones en las que participan los jóvenes. Queremos hacer aquí mención a ciertas actividades de análisis de medios en los que participan cada vez más jóvenes en edad escolar. Estas actividades se orientan a ver en perspectiva su percepción de mensajes mediáticos y los alertan sobre el impacto que el origen sociocultural del lector puede tener en una lectura interpretativa de una foto de prensa, por ejemplo. Lo multicultural, por el contrario se convierte en un valor seguro y son muchas las manifestaciones musicales y otros conciertos musicales, que llegan a convertirse en verdaderos santuarios para los jóvenes enrollados que acuden.
Imagen de la ciudadanía
Ya lo hemos señalado, aquello que los medios de comunicación para el gran público, televisión y prensa escrita fundamentalmente, ponen en evidencia, no es la ciudadanía de los jóvenes sino más bien su violencia, su marginalidad incluso con relación a los valores considerados habitualmente como valores de ciudadanos. Sobre todo, el vandalismo joven está en primer lugar, el consumo de drogas, la falta de compromiso humanitario y la apatía política.
Pero podemos imaginar que la ciudadanía que interesa sobre todo a los jóvenes de 2004 no se sitúa en el plan nacional, como podría ser el caso en el siglo pasado. El compromiso político del joven, es a menudo emocional y centrado en realidades concretas. Sus reivindicaciones son demasiado a menudo puntuales, apenas politizadas y sobre todo no institucionalizadas. Estamos lejos de una militancia tradicional, se actúa más bien por sentimientos o por rechazo en bloque, sin olvidar una cierta cultura de la trasgresión.
Su compromiso existe, y puede ser muy real, se sitúa sobre todo a nivel planetario. Kyoto, Porto Alegre, la no-globalización la acción de las ONG, Amnistía Internacional, son causas que les hacen movilizarse. Los jóvenes, parece, se sienten mejor, "ciudadanos del mundo", de otro mundo, de un mundo diferente, más humano, más pacífico. Pero de este hecho, los medios para el gran público no se dan cuenta, y los medios para los jóvenes, hay que admitirlo, están en retirada en relación a estos temas.
Aquí de nuevo, encontramos excepciones en la canción comprometida y en un grupo de sitios web que quieren ser "alternativos" y proponen una contra-cultura mediática. Dos ejemplos son suficientes para convencernos: Clandestino de Manu Chao, que trata los temas del universalismo en la no globalización, de la inmigración clandestina y sin papeles. Manhattan-Kaboul de Renaud, evoca la juventud secuestrada por la Historia, sus guerras y sus conflictos de interés.
Una producción mediática alternativa
Si trazamos un primer balance, podemos efectivamente comprender que muchos jóvenes estén irritados por la imagen que los medios dan de la juventud o por la indiferencia hacia ellos, que caracteriza muchos productos mediáticos. No es, desde entonces, extraño, que algunos de entre ellos deseen expresarse a través de los medios y proponer al público una producción alternativa, a veces torpe, pero espontánea y liberada de las tensiones propias del medio profesional.
Por eso, asistimos a la eclosión de grupos musicales, que quieren situarse evidentemente en el extremo opuesto de emisiones del tipo "Star Academy", "Pop Star" y otras. Es así como vemos jóvenes - pero aún son poco numerosos - crear su propio sitio web, individual o colectivamente, para explicar quiénes son y qué quieren hacer para cambiar el mundo. Otros van a aprovechar ciertas estructuras de producción sostenidas por el sector público para afirmar su identidad e interpelar al público sobre aspectos de la vida directamente ligados a la ciudadanía. Pensamos en una producción como 1 + 1 = 3 que es un video asociativo realizado por siete jóvenes de Bruselas de origen marroquí utilizando el video para preguntarse sobre su identidad cultural y sobre el posible estatus de una juventud inmigrante, a menudo prisionera de culturas divergentes, pero capaz también de empujar en este descuartizamiento cultural una nueva riqueza y una tercera vida.
Estos talleres de producción de vídeo permiten a la vez una formación en el lenguaje audiovisual y en el material de tomas de vista, de sonido y de montaje, ofrecen la posibilidad a los jóvenes de hacer oír su voz y eventualmente continuar su aprendizaje para acceder a un nivel más profesional. La formación y la enseñanza deberían igualmente estar más atentas para dar a los jóvenes tales posibilidades.
Conclusión
En la Edad Media, los clérigos, que habían adquirido una gran maestría en la lengua escrita, no estaban dispuestos a compartir esta maestría con el pueblo, para proteger así una cultura elitista y un monopolio del conocimiento. Paradójicamente, tenemos a veces la impresión de que esta actitud protectora se perpetúa pero, esta vez, son los poderes económicos los que guardan las llaves que permiten acceder a la comunicación de masas.
Hay que reaccionar. Nos corresponde a nosotros, profesores, formadores, educadores, animar iniciativas de expresión de los jóvenes a través de los medios y facilitarles el acceso a la infraestructura de producción, pero también a los canales de difusión que van a dar vida a esta producción y contribuir a modificar la neutralidad y quizás a desviar también la producción profesional.
Paralelamente, nos damos cuenta de que la educación de los jóvenes a través de los medios se ha convertido en una realidad en la mayoría de las instituciones escolares europeas, desde la enseñanza primaria, el joven se enfrenta a la imagen y al sonido. Los profesores han tomado la costumbre de integrar en sus clases los medios clásicos (cine, foto, TV, radio) pero también las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Los medios son, pues, considerados como auxiliares de aprendizaje.
Pero cada vez son más numerosos los profesores, educadores o animadores que pasan de la educación a través de los medios a la educación en los medios. El medio llega a ser, así, un objeto de análisis o un medio de expresión. Pensemos que se trata de una etapa fundamental que puede implicar directamente a los jóvenes en el medio de comunicación bajo todos sus aspectos (lenguaje, tecnología, representaciones, sistemas de producción, etc.). Son más a menudo asociadas a producciones audiovisuales que les son dirigidas y que les conducen de esta manera hacia una cierta autonomía y a más espíritu crítico. De aquí a ser ellos mismos los que conciban y realicen documentos mediáticos modestos, no hay más que un paso que puede ser franqueado gracias a los medios asociativos. Así el ambiente escolar o asociado pueda implicar a los jóvenes en realizaciones, donde intervengan como actores, testigos, pero también como asistentes y colaboradores, pensamos en trabajos de encuestas en vídeo, preguntas en la calle sobre problemas de la sociedad. Este tipo de implicación les permite "tratarse" con los medios, entrar en los secretos de la realización, y tomar así conciencia del contenido del documento. Una contra-producción creíble puede de esta manera, imponerse progresivamente al lado de producciones profesionales y modificar la imagen de los jóvenes ayudándoles a construir su propia información y su propia imagen.
Estas propuestas deben, evidentemente, ser sustentadas en el plan europeo. En este aspecto Glocal Youth podría ser ciertamente un revulsivo importante en la toma de conciencia y de acción.